-No,gracias.Y deje de llamarme de "usted" que me hace más mayor de lo que soy.
-Está bien,te tutearé.Verás...me llamo Ramiro,poeta fracasado y,actualmente,repartidor de Telepizza.Pero puedes llamarme "El Pelucas",si lo deseas (éste era el apodo con el que mis contados amigos y conocidos me habían rebautizado porque mi cabeza era el fiel reflejo de una bombilla sin encender).
Observé que sonrió y, en esta ocasión,la sonrisa era sincera.
-No,mejor te llamo Ramiro-respondió una vez que me recorrió con su mirada de arriba a abajo-.
-¿Tu nombre?
-Marta,brillante alumna de Filología Hispánica y fracasa...
-Suuuuuuu-adelanté mi dedo índice hacia sus gruesos labios para que no terminase de pronunciar aquella palabra-.
-¿Poeta fracasado? ¿Por qué?-me preguntó para sorpresa de mis adentros-.
-Dicen que mi obra es demasiado reiterativa;es decir, que siempre me inspiro en el mismo tema.Y claro, eso genera monotonía en el lector y hace que la crítica literaria te otorque el más bajo de los puestos dentro del gremio.Pero eso poco me importa,porque sigo escribiendo,aunque sólo sea para mí-articulé con cierta dificultad-.
-¡Ah¡Lo siento...
Antes de que el silencio marcara de nuevo una señal de "stop" en la conversación,una estúpida idea se me pasó por la mente pero,al fin y al cabo,seguía siendo una idea.
-¿Me acompañas?-le dije ofreciéndole mi mano y levantando mi trasero del sucio banco-.
-¿Adónde?¿Es que quieres ligar conmigo?
Intenté esquivar la pregunta lo mejor que pude recurriendo a eso que llaman "hacer oídos sordos"-algo que repito bastante a menudo,por desgracia- y simulé un gesto de decepción en mi rostro.
-Sólo quería que me acompañaras a la fuente.Supongo que sabrás por qué la llaman la Fuente de las Batallas...
-La verdad es que no;no lo sé.¿Puedes decirme algo al respecto,Ramiro?
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