Llegaste a mí enarbolando quimeras imposibles
sobre unos labios secos de hastío
y un cuerpo desprendido de fracasos omnipresentes.
Te dejé posar sobre mí;yerta, inerte...
Más quisiste enfrentarte a la osadía de penetrarme.
Y al final..., eras un beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario