BIENVENID@S

Bienvenid@s al blog personal de la escritora, novelista y poetisa, Gloria Zúñiga. Aquí podéis encontrar gran cantidad de sus poemas, su obra publicada, biografía, información de contacto, etc...

"La literatura es arte y el arte es innovación"


GLORIA ZÚÑIGA

Cuenta oficial de Facebook: http://www.facebook.com/gloria.escritora




martes, 10 de agosto de 2010

Recuerdos de mi infancia.





Siempre que me siento disconforme con algún aspecto de mi vida actual,automáticamente mi cerebro me transporta al periodo difuminado de mi infancia.Pienso que el recuerdo se exagera y se adorna (mentalmente hablando) pero que es algo que ocurre a todos los seres humanos y,es por ello,que no suelo refugiarme más de lo debído en eso que llamamos "recuerdos"; si bien es cierto que hay cosas,escenas,personas,situaciones,circunstancias,etc... que son dignas de revivir continuamente porque te aportan un halo de aire fresco cuando notas cómo tus pulmones se ahogan en un presente demasiado contaminado.
Me atraían enormemente los animales de todo tipo, aunque por motivos familiares relacionados con imposiciones maternas y paternas,no pude ser dueña de más mascotas que no fuesen unos pequeños pollitos de color que mi madre me compraba cuando visitábamos el mercado.A pesar de mis esfuerzos por cuidarlos lo mejor posible y darles una buena calidad de vida,todos terminaban pereciendo y la compra de pollitos de colores se hacía cada vez más habitual y asidua.
Mi anhelo era tener un perrito;poco importaba la raza o el sexo,el color o el tamaño...sólo quería un cachorro.Pero las reducidas dimensiones de la vivienda en la que residíamos por obligación era la excusa perfecta por parte de mis progenitores para no concederme dicho capricho.Así que me iba conformando con la compañía leve de los pollitos de colores que perdían paulatinamente su tonalidad conforme pasaban los días.
Recuerdo en especial una escena peculiar cuando viajamos de vacaciones a mi pueblo natal.Era bastante pequeña,rondaba los cinco años aproximadamente y fui a ver a una tía paterna que colocó sobre mi cuello una hermosa culebra de consideradas dimensiones.Bajé muy contenta con mi nueva mascota enroscada sobre mis brazos y parte de los hombros, a la vez que acaparaba las miradas aterrorizadas de la gente que se apartaban de súbito cuando les enseñaba mi animal de compañía.No entendía absolutamente nada,era un reptil precioso y bastante amable (no dejaba de enroscarse una y otra vez por todo mi cuerpo).Pero mi madre me esperaba al final de la cuesta empinada totalmente fuera de sí y gritando como si hubiese perdido la cordura: "¡Lleva eso a quien te lo haya dado,rápido,rápido¡".Total,que me tuve que deshacer de mi mascota forzosamente y sin comprender por qué, y también de todas mis ilusiones de tener un animal de compañía que no fuese un pollito de color.
¡Cómo nos cambia la vida¡Hoy por hoy le tengo pánico a todo tipo de reptiles,soy dueña de una perrita y de un precioso gatito romano llamado Mateo.
Lo que sí conservo del hermoso periodo de mi infancia es la imperiosa necesidad de montarme en un columpio cada vez que paso por un parque y,espero,que dicha necesidad se conserve intacta por el resto de mis días.Al menos,es uno de mis propósitos.Siempre he dicho que me haré mayor cuando vea un columpio y no pose mi trasero sobre él.Mientras tanto,sigo siendo una niña que ha crecido y ha cambiado unos gustos por otros;pero una niña al fin y al cabo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario