Camina derrochando el último vestigio de la pasión que
anoche nos mantuvo sumergidos en la cúspide del placer
de la cual caímos en picado hacia la vorágine del odio;
el mismo que,paradójicamente, cruzó nuestros andares en un mismo sendero.
¡Renueva las caricias marchitadas por el desdén
y cubre de rosas frescas la totalidad de tu lecho
aún embriagado por el aroma de mi sutil perfume¡
Y si algún día tienes la osadía de recordarme
en otra noche sin nombre,
en otro cielo sin luna,
en otra palabra impronunciable...
¡Búscame,suplica mi presencia impenetrable
en un mar abierto,sin más salida que la del surco de aquél beso¡
bonito poema, el último verso me parece genial. saludos
ResponderEliminarMuchas gracias.
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