Vuelo cual gaviota sobre el cielo despejado
y succiono alegrías de los páramos dañados.
Anuncio el retorno de la felicidad eterna
mas prefiero ir de frente ante la adversidad venidera;
no hay amor que cien años dure
pero tampoco dolor que no amortigüe la caricia de otra primavera.
¡Encomiéndame el mandato de propagar una libertad certera
y cuélgame del viento que arrastra una y mil penas!
Soy dama de blanco vestir y de textura cálida
que, en paraje marino, sólo se mueve por inercia...
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