Minimizo los temores al cambio inevitable
tras la súbita huída que protagonizaste al marcharte.
Encuentro mi esencia entera e impávida
en la persistente espera de que penetre sobre ella,
sin más resistencia locuaz que una desdibujada imagen
flotante y prolija deambulando en una atmósfera lacerante
de recuerdos prohibidos que se precipitan al vacío.
Oscila el pensamiento hacia nuevos apetitos.
Desnudo mi pecho encendido por el cúlmen del olvido...
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