No sé de tiempos, si se trata de tu cuerpo.
No sé de frenos en el conjuro de tus brazos,
ni de límites en la custodia tibia de tu regazo.
No sé de pausas, si se trata de tu beso.
No sé de barreras ni obstáculos inquietos
si son tus labios los que me rozan entre la llama del deseo.
No sé de quimeras imposibles en tu secreto.
No sé de ilusiones inquebrantables sobre la verdad que yace en tu pecho
iluminado y abierto,
a la saciedad completa de estos caprichosos anhelos.
No sé de nada cuando se trata de tu cuerpo...
Ni quiero.
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