¡Qué exploten mis cuerdas vocales hasta
desmembrar mis versos en palabras agónicas de deseos inagotables!
¡Qué se desangre mi ronca garganta
hasta ahogar el rugido del lamento en poemas insaciables
de adjetivos, verbos y adverbios,
que subyuguen el llanto sórdido de ilusiones inarbacables,
fusionándome en esta humilde poesía donde la letra es el proverbio
que designa la dirección exacta y unívoca de mis pasos irrevocables!
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