Suéñame desnuda y despiértame entre sedas.
¡Imagíname entre el brote de una rosa fresca,
entre un halo de brisa nueva,
entre el brillo incandescente de aquella estrella!
Piénsame libre y recréame esclava.
¡Esclava en un amanecer limpio de condenas,
de versos sueltos en una poesía que se quiebra
entre las paredes sólidas de una renovada existencia
que avanza, con paso seguro y firme, entre otra primavera!
Augúrame el silencio...
Mi garganta ganará en consistencia.
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