Hay un silencio
que habla por mi ronca garganta.
Caen derrotadas las esperanzas,
se destrozan así mismas las ansias,
de penetrar en un sentimiento
que no entiende de distancias,
que no sabe de escondites
entre otra humilde plegaria
a una nube de ilusiones
que obstruyen la cavidad de mi garganta.
Porque la barrera que impide el caminar
se solidifica cuando andas,
¡Porque busco con avidez
una única palabra
entre el precipio de un silencio
que de tanto hablar, ya no dice nada!
Y dejo que se desplome otro verso ingrato
de estos besos que se apagan.
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