Caminé hacia ti con el corazón encendido,
con el deseo aguardando con sigilo
al reencuentro indispensable para culminar nuestro idilio.
¿De ilusión también se nutre el amor?
Desnudé mis piernas ahuyentando los aullidos
de una boca reseca y un vientre henchido,
de anhelos cultivados en la estela de un delirio.
¿De ilusión también se nutre el amor?
Y ahogué mis deseos quebradizos
en el oasis perdido de sueños incumplidos,
cuando me deshice de pensamientos ilusorios,
que zanjaron tu amor en la cúspide del olvido.
De ilusión, también se nutre el amor.
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