El calor que desprenden tus brazos
no puede ser un invento obtuso de una imaginación bien nutrida.
Me hallo en ti.
El olor que desprende tu cuerpo
no puede ser un aroma engañoso de una nueva despedida.
Me siento en ti.
El latido acompasado de tu corazón
no puede ser un ruido disperso en la agonía de mi huida.
Camino sobre ti.
El sendero por el cual se pierden mis huellas
no pueder ser el que he elegido para perpetuar mi existencia.
Creo en ti,
me hallo en ti,
¡Me siento en ti
y camino sobre ti!
¿Adónde quedó la indisolubilidad de mi esencia
cuando sólo en ti hallo una respuesta?
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