cuando la mano quiebre en su desesperanza,
cuando los ejes motores del sentimiento
se desvanezcan en la temida nostalgia...
¡Guárdame en el instante del recuerdo
y adivina dónde quedó anclado ese beso,
que aún regurgita dadivoso en su sustento
buscando otros labios para engendrar un nuevo momento!
Cuando ya no escuche de tu boca otro te quiero
repliégame en la sombra, amarrada al cautiverio impiadoso del silencio.
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