Cuerpo sobre cuerpo

Entre miradas furtivas y caricias de fuego
me tientas y me sofocas en un vaivén sin término.
No opongo resistencia alguna a tu anhelos
porque también son los míos,
ésos que se abren a un placer eterno,
ésos que gimen su éxtasis entre el sudor que emana de nuestros cuerpos,
ésos que culminan nuestras ansias en los límites obtusos del irreparable transcurso del tiempo.
Agua se hacen mis muslos en la cercanía de tus manos,
¡Soy saliva ardiente en la proximidad de estos labios
que buscan tu boca sedientos de furia y embelesados
en la hoguera que hoy se prende bajo el cobijo de tus brazos!
Calientas esta atmósfera de un invierno temprano
mientras que atizo el fuego, con fuerza y sin reparo,
en la distancia leve que separa tu sexo de mi amparo
para fusionar pasiones adheridas a fantasías ubicadas en tu reclamo
al que hoy respondo sin miedos,
al que hoy agito sin frenos,
al que hoy acaricio, tiento, pruebo y sobre él muero
para renacer más tarde sobre la orilla codiciada de besos nuevos
y reemprender el camino de vuelta,
esa distancia leve que separa, inclemente, tu sexo de mis anhelos.
Comenzamos en una nueva discordia hacia el éxtasis extremo.
Me repliego en esta pasión embriagadora que fusiona cuerpo sobre cuerpo.