¡Soy libre en tu beso!
No soy dueña de tus anhelos,
¡Soy gaviota soñadora entre ellos,
que emprende su ágil vuelo hasta culminar los deseos
que se alimentan en este encendido vientre preñado de tu consuelo!
No soy la voz que mece tu silencio
hacia la libertad que nos otorga este férreo sentimiento.
No soy la llama que prende tu hoguera,
¡No soy el agua que apaga tu fuego,
no soy la luna que reposa a tu vera
ni el destello que desprenden tus ojitos morenos!
Soy aquella que planta amapolas en el desierto
y la que cultiva besos en el sendero intacto de nuestro encuentro,
la que te espera cabizbaja cuando estás lejos,
¡La que se engalana de sonrisas cuando se dispersa la distancia de nuestros cuerpos,
para sentenciar pasiones fecundas y llamaradas de fuego
sobre la tibieza clara que recubre nuestro lecho!
No soy esclava de tu beso,
¡Soy libre entre tus dedos!
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