No quedan ganas...
El sentimiento se dispersa entre aires de nostalgia
y el abatimiento de la lucha desmorona el despliegue de mis alas.
Ya no hay nada...
No hay nada en estériles palabras que desembocan entre pliegues de aguas mansas,
¡Nada entre la brisa nocturna que azota impiadosamente mi cara,
nada en el horizonte de otro crepúsculo donde se pierde una castigada mirada
que es la de estos ojos torturados por la sequía de la añoranza!
Sin ganas, sin nada...
No me sostengo en la cuerda floja de inútiles andanzas,
en la ilusión difusa y precipitada de lo que ocurrirá mañana,
en los albores de un silencio absoluto que ahora me desgarra las entrañas.
Nada entre la abominable soledad de unas lágrimas
que se escurren presurosas para desembocar en un recuerdo que se desgrana.
Nada.
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