entre las esquinas más inhóspitas del olvido,
desangrando las espinas dolorosas de esas flores
que se clavaron, impetuosas, entre la rima de un verso herido.
Te pienso recreando una conjunción de colores
para vestir de luces a este lecho enlutado y perdido
en recuerdos embusteros y amalgamas de dolores
que destrozaron aquella rosa que colocaste sobre mi camino.
Te pienso sereno en la distancia y extrañamente escurridizo
cuando se doblegan mis palabras para traspasar tu muro y el mío
en un intercambio de sensaciones y un cúmulo de delirios
donde tropiezan, cruelmente, nuestros pasos en un mismo designio.
Te pienso entre las hojas de un otoño tardío...
Te siento en la sombra de una estrofa que se deshace de su ritmo.
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