Mirándote

Mirándote,
hallé a los árboles cantando a las hojas perdidas,
a los pájaros llorando un vuelo dilapidado,
¡Al viento gritando su furia contenida
por encontrar en tus ojos un "adiós" inesperado!

No quise espantar al lobo de su guarida
y ahogué ilusiones, una vez que te habías marchado,
¡Mirándote ennegreció el carmín de nuestras sonrísas,
empalidecieron las sedas morenas de días de gloria desgajados
en la turbulencia vespertina de rescartar versos rotos hilvanados en telas finas!

Mirándote,
agoté la cláusula de besos anquilosados en la esquina de mi dicha,
¡Desgrané tu recuerdo segmentado en las paredes escurridizas del pasado,
promulgué plegarias iracundas bajo el páramo de tu risa,
descansé de falacias engendradas en la zozobra del desencanto!

Mirándote,
rubriqué mis huellas hacia horizontes rociados de limpias brisas,
¡Torturé tu nombre hasta desmenuzarlo en cada pliegue de esta desidia,
en la que amaneció de noche y anocheció de día,
cuando al mirarte resbaló el hálito confeso de una lágrima que no me quería!

Mirándote,
escuché al silencio embebido en una insólita retahíla.
Mirándote,
excomulgué a un sentimiento del hospedaje tibio de mi vida.