Siente el aplauso de mis dedos
en noches centrifugadas de caricias y recelos,
en permutaciones tórridas de calores e hielos,
en quimeras vagabundas enamoradas de un tímido recuerdo.
Siente el abrazo hilvanado en soportes de hierro,
¡Siente al cielo enmarañado
entre tus solitarias y melancólicas tardes de invierno,
al viento arrebolado entre tus versos y mis silencios,
al ciclón huracanado cuando hablan nuestros cuerpos,
a una luna en cuarto menguante, espía transitoria de tu lecho!
Siente el arrullo de amaneceres calumniando desafíos del tiempo,
¡Siente a la lluvia derrotando
incongruencias engendradas en amores obsoletos,
el gemido del crepúsculo enunciando un "te quiero",
la fragancia de mis rosas cultivadas en los páramos fértiles de tu sexo!
Siente a mis manos entre el aplauso de mis dedos.
Siénteme esclava de tu hiel y libre amapola entre tu fuego.
Siénteme.
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