Hoy estoy abierta para que tu manos azoten mi fuego.
Quiero deslizarme sin fronteras sobre tu cuerpo,
tentar el epicentro de tus anhelos y mis deseos,
palpar el éxtasis, estrujar el miedo,
cautivar sonrisas y victorias en las soledades de mi lecho.
Vuelven a emanciparse dolores obsoletos
mientras retuerzo mi gozo en la cuneta de tu sexo,
¡Abre mis cadenas y obstruye mi manantial reseco
de la humedad abundante que emana de este oasis lujurioso y sempiterno!
Hazme mujer en las vertientes pronunciadas de tu eco
que gime airoso la fusión de mieles y puertos,
cuando una mirada morena de ojos grandes y negros,
desdeña su fulgor entre el salitre que emana de dos pieles cabalgando en el apetito de sus empeños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario