la lágrima que bebimos juntos,
los azahares de ojos sin mirar,
las orillas de océanos enjutos.
Amor,
te he soñado en las palmas agotadas de mis manos
dibujando caricias y quimeras en el silencio de esta noche.
Amor,
he comido la esencia y la savia de tus labios
empapando mi condena de manjares y derroches.
Amor,
te he besado en cada resquicio del pasado
tarareando canciones entre versos asfixiados.
Amor,
me he resbalado por los aguaceros de tus pasos
hasta asesinar tus huellas a remolque de otro naufragio.
A veces cuesta hasta respirar
la abundancia de nostalgias y fracasos,
los placeres absorbidos en el gremio de la libertad,
las libertades de placeres durmiendo, perennes, en la quietud impasible de tu regazo.
Amor,
¡Cuántas veces te he olido,
cuántas veces te he soñado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario