Hoy te canto las auroras adoquinadas en las calles,
los cimientos de aire en los travesaños de mis manos,
las promesas incumplidas que perecen en baúles y divanes,
los sueños rotos en el ahogo de un pálpito cruel y lejano.
Hoy te canto las hierbas frescas que crecen en los pastizales,
los inviernos que disfrutaron nuestras bocas entre fresas,
los besos diáfanos de crepúsculos y ansiedades,
la orfandad de caricias en pieles que arden y hielan.
Hoy te canto las tardes tibias de verano,
¡Los versos descompuestos en el estribillo de mis labios,
la luna clara en un febrero controvertido y alocado,
las aguas mansas en el oasis del que fue nuestro condado,
los arrecifes sentencieros que vaciaron pasiones y desengaños!
Hoy te canto la lluvia que se escurre en estos pápados cansados
de mirar horizontes en penumbra desde la orilla traicionera del pasado.
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