Rosas ahogadas

Trae el aire el murmullo de otra despedida
entre acordes de hilo fino y de gruesa lluvia,
trae el aire la fragancia indisoluble de tu lejanía
entre pasos que fraguan la distancia entre tu piel y la mía.

Trae el aire los compases de tu marcha
entre alergias de claveles podridos y rosas ahogadas,
trae el aire las huellas disueltas entre escarcha
de aquellos besos que naufragaron sobre mis vagabundas aguas.

Te vas, con el pasaporte sellado por mi nostalgia,
¡Con las espinas puntiagudas y sangrantes que hoy destrozan a mi alma,
con las cuerdas apretadas sobre la medianía de mis nalgas
que lloran su desnudez absurda de caricias obsoletas e ingratas!

Te vas, con el picaporte extraviado de mi mirada,
¡Con unas pupilas rotas y enajenadas
en los precipicios de tus manos y mis llagas
que se duelen del murmullo de otra despedida, de los compases desafinados de tu marcha!

Te vas, entre acordes de hilo fino y alergias de rosas ahogadas.