inventaré mi huida en el recodo de la desidia,
aullaré mis noches quebradas y estos corroídos días,
corregiré la artimaña pretenciosa que aún se halla en tu guarida
y rescataré el secreto moribundo que perece en esa cajonera vacía.
Después de ti,
no sabré desnudar mi llanto a los albores del viento,
¡Estornudaré tu nombre en un hálito de silencio,
prolongaré esa caricia, el susurro de aquel beso
y aunaré la nostalgia de tu ausencia para transportarla al recuerdo!
Después de ti,
retornará la brisa para abrigar mi cuerpo,
lloverán las flores el excedente de deseos
y morirá mi alma, en un ahogo insidioso del tiempo.
Después de ti,
no habrá colores ni pinceles sobre mi lecho.
Después de ti,
hay un sabor amargo indócil en este paladar desierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario