Después del olvido,
cuando los pétalos de nuestras rosas renovaron su semilla,
cuando las palabras de nuestras bocas se deshidrataron en el tiempo,
cuando el tumulto de antojos y anhelos abrió la puerta a la desidia,
cuando las manos se distanciaron en el más prófugo silencio,
¡Cuando los besos y los versos se desguazaron sobre una esquina,
cuando las promesas y los desvelos se conjugaron en pretérito,
cuando las risas y los llantos descuidaron su tránsito en insondables cornisas,
cuando la brisa que inhalamos se consumó en otras gargantas y otros cuerpos!
Después del olvido, tras la cauterización de las heridas,
¡Vuelves a renovar tus mieles y tus aguas sobre el río de mi lecho!
Después de bagajes sin tu risa,
cuando los gorriones y los azahares emigraron hacia techos nuevos,
cuando las cópulas de salivas y sangres se paladearon entre despedidas,
cuando mi piel y tu sexo se divorciaron del deseo...
Después del olvido, tras la hoguera del recuerdo,
¡Vuelves a naufragar incendios y ardores en la travesía sedienta de mi puerto!
Y penetras mis ansias, y diluyes instantes neutros...
Después del olvido, tras la pena... aparezco.
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