exhalando vestigios de éxtasis y deleites,
unas sábanas acuosas de agasajos y marejadas
sobre un recuerdo prófugo desquiciado en su destemple.
Esa noche
culminé ansias y congojas en el auspicio tibio de su vientre
entre las cumbres atemperadas de besos y torrentes,
esa noche
derramé aguaceros de secretos y silencios con tu nombre
sobre una piel foránea desvestida de rencores.
Esa noche
mancillé la guirnalda de oro y cobre
que yacía en las enaguas cantautoras de nuestros acordes.
Esa noche, ¡Esa noche!
¡Esa noche despisté tus brazos en mieles y reclamos de gorriones,
estampé el carmín de mis labios en el murmullo atrayente de otro horizonte,
descuajé apetitos, consumé pasiones...
esa noche inhalé tu beso en el parapeto incitante de otro hombre!
Hoy trasnocho la vigilia de antaños gozos y errores.
Esa noche
fraccioné con un frugal gemido la unísona conjunción de dos corazones.
Esa noche...
Gloria,
ResponderEliminarTus pasiones son exhaustas… Lo llevas todo hasta el final de tu organismo; dejas tu piel, tu carne, tus huesos y tus músculos para que amen desesperadamente.
A cambio, sólo pides, lo mismo.
De lo contrario, te consumes en otros fuegos que, después –pasado el tiempo- deshechas porque no son lo que de verdad amas.
Hermosa y romántica composición. Besos,
Ann@ Genovés
PD. Ya sé que llevas mucho jaleo –me lo puedo imaginar- pero me agradaría te pasaras por mi blog. Gracias.