Soy poeta en el surco atrayente de tus labios
donde rubrico el verso delineando salivas,
en el tránsito hechicero de esas manos
para conjugar al verbo en el éxtasis de la lascivia.
Soy poeta en la delicia de tu cuerpo
donde acomodo anáforas de miel y vida,
en los arrebatos nocturnos de nuestro lecho
para concebir adjetivos entre entusiastas caricias.
Soy poeta en el arrecife seductor de tu sexo,
¡Explosión de vocablos sugestivos de empeños,
algazaras de compases aplaudiendo el contoneo
cuando afluye la tinta de tu mar sobre mi puerto!
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