Tiene tu risa la zalema de mi desconsuelo
en los crepúsculos de abstemias solitarias,
la resina atractiva que seduce a mi cuerpo
tras los compases ebrios de quebrantos y nostalgias.
Tiene tu risa el brote saciante de mi alimento
cuando rugen los estómagos congojas y espinas,
los abrazos calinosos y fraticidas de este hielo
en los sentires vejatorios de recuerdos y fatigas.
Tiene tu risa el hechizo estricto de mis miedos,
¡La inyección extasiada de besos y caricias,
el solfeo embaucador en hastíos obsoletos,
los embrujos tentadores de erotismo y lascivia!
Tiene tu risa el tacto exquisito del terciopelo
que enfunda la médula resfriada de esta vida mía.
Tiene tu risa...
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