Te he ansiado tanto
que palpo tus codicias y no me creo
navegando en la mirada de tus sueños
naufragando en la palabra de nuestros silencios
que sacian a mi alma de almíbar y caramelo
cada vez que transito los senderos de tu cuerpo,
¡Acariciándote en las noches destempladas del invierno
perdiéndome en tu risa, alimento de mi deseo,
espaciándome en la fronda de tu pecho
y rociándome de la esencia suculenta de este sentimiento!
Te he pensado tanto
que escarbo en el olfato del recuerdo,
¡Inhalo el perfume exquisito de tu aliento
para atestiguar tu presencia entre mis dedos!
Y eres un beso.
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