El alma escribe sus propios versos
en cada suspiro de huellas vertidas sobre el suelo,
en el lapso ineludible del tiempo
incluso en los clamores abstractos que esbozamos en silencio.
El alma inhala la soflama del recuerdo
para seguir amando aún en horizontes yertos,
¡El alma salmodia la congoja de besos muertos
cuando respira el efluvio en la ausencia de tu cuerpo!
Mi alma te escribe masticando anhelos que fueron nuestros
en cada vocablo que rescato de tu aliento,
¡Mi alma te inspira en un incauto hálito de viento
porque te sigue amando infringiendo corduras y tormentos!
Mi alma te cuenta que aún se retuerce en tus empeños.
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