Ya sin ti
divulgaré acérrimas zozobras sobre el suelo,
¡Gritaré mi hastío bajo el crepúsculo de tu eco
perseguiré las sombras, estrujaré los besos
y me rociaré, perpetua, con la savia hechicera de tu cuerpo!
Ya sin ti,
¡No hallo extractos de jazmines y caramelos
cuando pernocto tu efigie desde la estela del recuerdo
raspando tu jugo, bosquejando placeres muertos
para declinar mis angustias sobre apetitos yertos!
Ya sin ti
mi corazón se agrieta en tu silencio.
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