Me miro y te veo
en las superficies convexas de mi cuerpo
latiendo mis dudas y contrayendo el duelo
por navegar entre dos mares de riberas huérfanos.
Me llamo y te nombro
en las carcajadas corruptas del silencio
abrocando la furia airada de un sentimiento
que desemboca enardecido en el ribazo de mi sexo.
Me estrecho y me dilatas
en las cópulas de hiel y deseo,
¡Nimbo de delirios y vástago de besos
que declinan su savia en la cúspide de mi anhelo!
Y me hallo y te encuentro
hilvanando muselinas en las fluctuaciones anárquicas de mis bosquejos.
Me transcribo... Y eres verso.
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