Que nadie te calle.
Puedo ser tu voz
pero solo por un instante,
obsequiarte con estos versos
que son el eco de tu sangre
porque eres mujer, amante y madre...
¡Útero de vida y manantial de paladares,
luchadora empedernida entre la furia de vendavales
que te sacuden pétreos e implacables
ante la rudeza implantada por acervos culturales!
Él no es más sobre tu semblante
solo tiene la fuerza para apisonarte
o limar tu autoestima bajo el amparo del chantaje.
¡Alza tu voz al aire
que si algo te sobra es brío y coraje
rompe tus cadenas, fractura el alfanje
sobre la exención que ofrenda tu linaje!
Y dispersa tu valentía por tierras y mares
que tú... ¡así lo vales!
(Contra la violencia machista)
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