Hoy que se escurre la llovizna por mis dedos
que solo bosquejan nubes negras,
porque solloza mi alma angustias y lamentos
en esta borrasca de vorágines y tolvaneras.
Hoy que enmudecen por instantes mis versos
que no saben hablarte de amores ni cadencias,
¡Quiero ensordecer la potencia acérrima de este silencio
que se escuece entre la cordura que aún me sustenta
zarandeándome en su duelo, sacudiendo mi paciencia
sobre esa llovizna que arrecia por mis dedos
y que hoy ubica su aliento en las estancias de eso que llaman "conciencia"!
Hoy que me conjugo en pretérito
aún suspiro lunas nuevas.
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