Escúchame
ahora que te rozan otros vientos,
¡No soy materia indolente ante el desprecio
sino mariposa frágil que fractura su vuelo
cuando se transforma en pieza ilustre de tu juego,
cuando tu juego asienta las bases sobre el sentimiento
el mismo que palpita fulgores y lamentos,
el mismo que sonrie y doblega sus lágrimas en el tiempo
que será de tus yerros alevoso justiciero
y adversario hostil ante oportunos aciertos
porque amar es algo más prudente que un simple recreo,
porque nunca me has amado entre la ponzoña de tus dedos
que ahora hienden úlceras donde ayer hubo besos
suturando pasiones en los peajes lúgubres del silencio!
Escúchame...
¡Olvida mi recuerdo!
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