¡Resbálate entre la miel de mi anhelo
que aclama tu savia enhebrando mi cuerpo,
enjúgate con el néctar del deseo
porque te espera mi boca colmada de besos,
inhala la brisa insaciable de mi puerto
que busca la marea ígnea de tu fuego
y vistamos esta noche de gozo y empeño
en la cadencia perpetua de dos pieles ardiendo!
¡Culminemos los antojos que antaño sucumbieron
a los caprichos inapelables del tiempo!
Tú, yo
y el momento...
Lo ansío
¡lo grito!
Lo invoco
¡te espero!
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