No me digas que te he querido más o menos
pues el amor no se mide, es un sentimiento,
y siento que te he amado entregándome por entero
si bien todo se extingue, cuando no se tienta el momento.
Vuélveme los ojos, mas no me cobijes entre sollozos gélidos,
porque he de recordarte que aún hay semillas de mis besos
ondeando los poros dilatados de tus anhelos
y cimentando pasiones en la orilla de un bostezo.
Fue ayer cuando saciamos el hambre de ambos cuerpos
y cuando un vocablo mal hallado te sumergió en el silencio,
¡pero fue ayer cuando flameamos acordes de jadeos
en la ignición perenne de pieles sobre deseos!
No me calles si digo que aún te veo
transitando la marea caudalosa de mi lecho.
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