Ayer ríos circundaban nuestra mirada
entre ruegos vestidos de temores y recelos
mientras que la pregunta se respondía en tu palabra
y la respuesta germinaba sobre mi pecho.
Y quiso la luna caldear la madrugada
para encontrarnos en el desliz de un beso,
y quiso el alba aunar corazón y almas
para aliviarnos en la cópula de ademanes aventureros.
¡Rompimos condena y plegaria
sobre cuerpos que gimen su fuego
haciendo nuestra la rebeldía de la alborada
entre mansos acordes de piel y deseo!
Y hoy eres luz de estrella cautivada
en la seducción alocada de este recio sentimiento.
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