NIEVA

Cariño,
en mí también nieva
¡y no sé si soy reflejo de otro invierno
o si es por tu luenga ausencia
que me siento exigua de versos
y saqueadora de primaveras!

Algunos años han pasado
mas el olvido, parece que no llega,
otros brazos asilo me han brindado,
también sonrisas y apetencias nuevas,
¡me hice amante de soslayo
en esta vida sin tus huellas
y, si bien mendigué un perenne Mayo,
mi guarida fue un Diciembre obcecado a la tiniebla!

Allí escribí y te escribí
¡compuse y descompuse lazos y cadenas,
me até a tu nombre y desaté mi condena,
estallé mil veces y me rehíce entera!

Al fin...
viví, sin ti, sin tu aliento... con mis letras.

La vida
también me hizo madre
¡bendito sentimiento
que colma esta existencia!
y, aunque no supe
de tus tránsitos ni promesas,
no te finjo
si me aprecio plena;
tampoco sé si te amé
o si eres la obsesión
que inspira este poema;
perdona, te pido,
a la duda que no se sincera
porque, cariño,
hay que vivir
con máscaras o sin ellas,
¡porque te escribí y reviví
entre resuellos de hiel y pena,
te evoqué y suicidé
en noche que medra,
te sentí y presentí
de lejos y de cerca!

Porque, cariño,
tan solo así,
sin titubeos de ida y vuelta
¡solo fue vivir y,
en mí, cariño,
también nieva,
porque no sé si soy yo
o una luna embustera
la que te dice "sí" y "no"
entre júbilos y tristezas,
porque hace frío, mucho frío,
tan dentro y tan fuera!
Porque, cariño,
yo también aplaudo
a bufones sin escenario ni escena...

Porque, cariño,
yo soy yo y,
en mí, cariño,
al fin... nieva.