Suman y restan los racimos de uvas devorados a destiempo
cuando ya tu cuerpo era carne de otros labios,
cuando ya tus labios eran néctar de otro beso,
cuando ya tu beso era el pasaporte de mi naufragio.
Suman y restan las palabras vagabundas sobre cimientos
construídos sobre el aire que asfixia sus vapores,
vapores dispersos en la letanía de amores pretéritos,
amores encapsulados en manos amarradas a tiempos obsoletos.
Suman y restan fatigas confiscadas en senderos viejos
cuando ya tus huellas surcaban otros mares y océanos,
cuando ya mis sueños arreciaban sobre otro puerto,
cuando ya tus dedos engendraban coloridos y lozanos ornamentos.
Suman y restan los aromas de fresas y jazmines muertos
cuando ya todo y nada crece y perece en silencio,
cuando miro y observas el desplome de estos inútiles versos,
cuando unos inútiles versos rubrican y aseveran el absentismo de aquel sentimiento.

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