seré otoño perpetuo en la orfandad de mi boca
cuando tus labios degusten el aroma de otros besos,
¡seré vuelo ausente de triste gaviota
anhelando el tránsito peregrino de tu cuerpo
en albas taciturnas bañadas de congoja
y en crepúsculos dormidos sobre el enfaldo del recuerdo
que abrazará la nostalgia de esta alcoba
hoy encadenada a los deleites que te sintieron!
Sin ti
menguará otra luna sobre mi aurora
¡y masticaré los fríos de un perpetuo invierno!
Y es que sin ti
cesará la brisa de este hechicero aroma
¡que hoy anexiona a mi alma con tu aliento!
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