Soñándote en la despedida de mis versos
como queriendo esclavizarte a un suspiro del alma,
¡acopio de tus labios el perfume de un beso
y de mi tácita congoja, esta humilde plegaria!
Perdóname en las omisiones de "te quieros"
y en los arroyos vacíos de tus aguas,
¡en las ofrendas rotas sobre el hastío de tu cuerpo
del cual bebí jardines de rosas pardas,
pues fui ingrata expoliándote un sentimiento
que no era franco entre el roce de mis sábanas
sino agreste hospedaje de este deseo
condenado al abismo de quimeras y nostalgias!
Perdóname si zarandeé tu anhelo
tras las espinas de promesas vacuas.
Perdóname un sueño,
¡perdóname al alba!
Perdóname mi ruego,
¡perdóname nada!
No hay comentarios:
Publicar un comentario