Desde que te fuiste
permanezco abrazada a tu recuerdo,
¡mis días se vistieron de grises
como el color de la lágrima del tiempo
rememorando los besos que me diste
entre borrascas de ansias y desconsuelos
porque de este corazón no entendiste
los pálpitos que por ti siguen sufriendo!
Y no hubo otros brazos en los que asirme
¡ni otra piel para derramar mi deseo!
Pues desde que te fuiste
¡ya no entiendo de amores, solo de lamentos!
Desde que te fuiste
siento que por ti, fenezco.
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