¡llantos agónicos en plegaria a un tiempo calmo!
miradas perdidas en los fusiles que acechan
y otra despedida sobre la autocracia de unas manos.
Rostros enmudecidos en palabras que silencian
aires de esperanza entre vientos amargos,
niños que claman un abrazo en su tristeza
¡y un explosivo de vidas sangrando!
Todo se aqueja en la truculencia de la guerra
¡no más armas sembrando hiel y espanto!
(Mi más absoluta abnegación a la
insensibilidad humana llevada a su máximo extremo: ¡No a la guerra!)
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