Te marchas...
Ahora te vas para dejarme maniatada
en los confines oscuros de la soledad.
Te acabas...
Ahora te acabas entre versos arrítmicos,
entre lamentos profanados al viento,
entre la penumbra yerta del adiós.
Te sepultas...
Ahora quedas sepultado en un pasado hiriente
cual espina robusta clavada en el epicentro de mi flor.
Te marchas, te acabas y sepultado seas por siempre en este ahuecado corazón...
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