Ese beso

Olvidé que mis pasos se quedaron anclados en ese beso
para, ahora, caminar desnuda en la cuneta de mi sendero.

Beso que te deshaces en mis anhelos,
¡Dulce como el almíbar
y cautivo entre mis duelos
que emprenden el litigio de tus labios
sobre la llanura espesa de mi desierto!

Beso que robé en una mañana al viento.
¡Bocado de pasiones pretéritas
y de antojos obsoletos
que se retuercen en esta amalgama tóxica de sentimientos
para que ahora sea yo la que muera en mi veneno!

Beso que emerges de un destello de luna llena
y que finiquitas tu misiva entre la tristeza amarga de este perpetuo silencio.

Beso que frenas,
Beso que hierves,
Beso que envenenas,
Beso que pereces...

Y prosigo caminando desnuda en la cuneta de mi sendero,
a sabiendas que mis pasos se quedaron anclados,
tras el sabor adictivo de un simple beso.