¿Cuánto vale la sonrisa de un niño
en este mundo regido por don dinero,
cuánto cuesta repartir cariño
entre esos brazos que anhelan tu consuelo,
a cuánto asciende dar cobijo y abrigo
sobre los hombros que perecen en invierno
mientras unos solo piensan en agrandar el bolsillo
y otros en tener una mínima vianda de sustento?
Regala de tu boca un esperanzador alarido
¡que la vida solo es un ratico sobre el viento!
¿Por qué no alargar el amor hacia el infinito
cuando la muerte nos iguala ante el tiempo?
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