En mis párpados
han crecido pétalos de primavera,
¡pues te he visto soñando
con unas manos acrisoladas y nuevas!
con unos ojos vespertinos en tus campos
¡con una boca enjugándose sobre tu tierra!
con unos gozos abrazando los encantos
que emanan jubilosos y a tu vera,
enloquecidos por seguir amando
¡pausados en el tacto de mi arena!
acalorados bajo el carmín de unos labios
¡y fatigados tras la llama de mi hoguera!
En tus brazos
han sucumbido anhelos y quimeras,
¡pues te he sentido acariciando
a un alma ígnea y plena!
que es la misma que gime los llantos
¡y que canta la dicha de morir en tu pena!
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