la incandescencia de un hoy menos borrascoso,
mientras enhebras las cicatrices del matrato del ayer
con fino hilo de seda, cual terciopelo bien cuidado,
sobre la aridez de un campo sediento de tu esencia...
Y dejo que sutilmente recorras la distancia
que separa entre mi arena y la fertilidad de tu tierra,
porque quiero sembrarme de ti,
¡atarme vilmente a tu estela
y perecer, en ese estado febril,
hasta que de este desierto broten flores nuevas!
Soy aire de un abril sin calendario;
eres primavera eterna de un calendario sin fecha.
Es precioso, Gloria!!!
ResponderEliminarBesos
Sé que me lees desde el sentimiento,amiga.Besos!
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