Replegado bajo un resquicio del imperturbable silencio
naufragas entre dos mareas desquiciadas en la orilla de besos yertos.
¡Infringe la solidez inabarcable de tu miedo
y escupe la soledad inconmensurable de tus recelos
que te atan y te maltratan en el arduo desierto
de un cuerpo mutilado en el intratable mar del recuerdo!
Finiquitado sobre el regazo de un sórdido anhelo
que reposa en un laberinto de quehaceres obsoletos
para naufragar, entre dos mareas desquiciadas, en la orilla de besos yertos.
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